sábado, 25 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
mi vecino roncador
Foto de: http://www.mundoanimalia.com/images/28/47/82/Carlino_Pug/Carlino_3453.jpg |
Yo ya no podía más. Menos mal que no era él sino el perro....
domingo, 19 de diciembre de 2010
jueves, 16 de diciembre de 2010
Improbables
¡Qué tristeza la suya! Se ha caído su red "social" favorita. Tendrá rota la cadera, como causa más probable. Para colmo, su nueva tele ha decidido omitir de la programación todos los canales. A excepción de esos en los que "personas" que cohartarían nuestros más sanos instintos hablan de "libertad".
Derrotada decide llorar entre sus sábanas de algodón. Pero no le sale.
Inmersa en su cama, deja el enorme libro que la acompaña a un lado. Se pierde entre olores imaginarios que le llevan al pecho del anhelado amante. Y encuentra la serenidad perdida durante el día de mierda que ha tenido.
Esto le pasa a ella. Probablemente.
¡Qué placer el suyo! Sufriendo un síncope casi orgásmico durante un concierto que llevaba semanas ansiando. Con los timbales no contaba, pero fueron invitados. Se siente guapo, como casi siempre, más tras ese cruce de miradas con una rubia no muy oxigenada.
El intercambio no para ahí y él finalmente consigue deshacerse de la tensión acumulada de la mejor forma posible.
De vuelta a sus propias sábanas no encuentra en los olores retenidos en su piel el calor que necesitan sus pies fríos para permitirle descansar. Y se disipa su seguridad. Y piensa en aquélla en cuyo regazo pudo quedarse dormido sin pensar. Y se angustia.
Esto le pasa a él. Probablemente.
Derrotada decide llorar entre sus sábanas de algodón. Pero no le sale.
Inmersa en su cama, deja el enorme libro que la acompaña a un lado. Se pierde entre olores imaginarios que le llevan al pecho del anhelado amante. Y encuentra la serenidad perdida durante el día de mierda que ha tenido.
Esto le pasa a ella. Probablemente.
¡Qué placer el suyo! Sufriendo un síncope casi orgásmico durante un concierto que llevaba semanas ansiando. Con los timbales no contaba, pero fueron invitados. Se siente guapo, como casi siempre, más tras ese cruce de miradas con una rubia no muy oxigenada.
El intercambio no para ahí y él finalmente consigue deshacerse de la tensión acumulada de la mejor forma posible.
De vuelta a sus propias sábanas no encuentra en los olores retenidos en su piel el calor que necesitan sus pies fríos para permitirle descansar. Y se disipa su seguridad. Y piensa en aquélla en cuyo regazo pudo quedarse dormido sin pensar. Y se angustia.
Esto le pasa a él. Probablemente.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Da igual de qué tipo, forma, condición o etapa se trate...
El amor no obliga, el amor no es obligatorio, el amor, ante todo, no es por obligación.
miércoles, 8 de diciembre de 2010
Proclive a...
Orgullo, amigo y buen consejero que a veces nos ayuda a "cagarla" sin ton ni son, y otras nos protege y anima para mover montañas y conseguir lo que nos proponemos.
No podría vivir sin el mío, el de otr@s ya, mejor ni hablamos.
No podría vivir sin el mío, el de otr@s ya, mejor ni hablamos.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Calendario de adviento: http://interculturaycocina.blogspot.com/
Visitad el blog Intercultura y cocina. Nos proponen un rico calendario de adviento.
Detrás de cada "ventana" se esconde una sorpresa que podrás descubrir el día de diciembre correspondiente a eso de las 10 am (hora central europea o CET), y ¡nunca antes! El último día llegarás a las preguntas del concurso. De igual forma que en los calendarios de Adviento "clásicos", las ventanas no están ordenadas.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Ole la novia de mi ex
Vamos a ponernos en la piel de una damisela a la que su novio, con el que se va a vivir este mismo fin de semana, por tanto, están de mudanza, atareadísimos y, a la vez, entendemos que muy ilusionados con el cambio. Le comenta que va a hacer otra mudanza: 48 horas antes que la propia, teniendo que recorrer 800 km y, atención, siendo la interesada su ex...
Y bien, dicha damisela no sólo no arde de rabia, ni se deprime por rumiar celosamente, ni siquiera se la guarda. Sino que, para asombro de propios y extraños, hasta le deja el "tomtom" para el viaje. Para las mentes retorcidas, no, no es una estrategia para ver cómo la ex se aleja definitivamente.
Hablándolo con una amiga, que también ayudó en el movimiento de cajas y enseres, no podíamos imaginar a ninguna de nuestras congéneres, casi ni a nosotras mismas, reaccionando bien en una situación similar.
Yo sería de las rumiantes, al menos mascaría algo de preocupación. Pero claro, depende de la ex y de la relación que con ella mantenga tu medio limón... Y aún así...
En este caso, como la ex soy yo y sé que soy maja (mucho, mucho), que nosotros ya sólo somos amigos y que no me siento ni una pizca atraida por él, y sé que él por mí lo mismo, pues tengo normalizado que pueda ayudarme. Pero si me pongo en la piel de la susidicha: ¡¡ole, ole y ole!! Eso es una tía estupenda y lo demás son historias.
O, quizás, es que esa es la única manera exitosa de llevar a buen puerto una relación con "el susodicho", buena y gran persona pero complejo en sus compromisos como el solo, espero, de corazón, que sean felices y coman perdices. Se lo merecen.
sábado, 20 de noviembre de 2010
Retazos I
Tan negra se mantenía la estancia que no había ni un solo destello que pudiera reflejarse en las lágrimas de impotencia que estaba derramando. Eran muy pocas, apenas suficientes para resbalar por su mejilla.
No estaba triste, sólo derrotada.
Su intelecto lo estaba llevando bien, su niña interna no tanto. La foto que habitaba en esa mesita prestada le recordaba sus bucles cobres, su mirada enorme, perdida, su tez luminosamente blanca y esa sonrisa pícara y deliciosa que su actual dueña poco se había preocupado en cuidar.
Podía haber sido peor decían todos, desde los manuales de medicina hasta los parientes más cercanos. Pero eso no quitaba culpa al agravio producido a la pequeña que aún residía en su interior. Aunque nada podía haber hecho la actual dueña de la cobriza melena, sguía pidiendo perdón hacia dentro por si eso pudiera subsanar alguno de los pasos ciegamente dados en el trayecto vital que habían recorrido.
Prometió, y no fue vacía la apuesta, que seguirían el plan acordado de ahora en adelante.
No estaba triste, sólo derrotada.
Su intelecto lo estaba llevando bien, su niña interna no tanto. La foto que habitaba en esa mesita prestada le recordaba sus bucles cobres, su mirada enorme, perdida, su tez luminosamente blanca y esa sonrisa pícara y deliciosa que su actual dueña poco se había preocupado en cuidar.
Podía haber sido peor decían todos, desde los manuales de medicina hasta los parientes más cercanos. Pero eso no quitaba culpa al agravio producido a la pequeña que aún residía en su interior. Aunque nada podía haber hecho la actual dueña de la cobriza melena, sguía pidiendo perdón hacia dentro por si eso pudiera subsanar alguno de los pasos ciegamente dados en el trayecto vital que habían recorrido.
Prometió, y no fue vacía la apuesta, que seguirían el plan acordado de ahora en adelante.
viernes, 19 de noviembre de 2010
Fingiendo falsedades
Mentira. Si es todo mentira. Esto que nos pasa, puras falacias. No te rías, no quería hacer poesía. Ni drama. Para. No sigas. Voy a enfadarme, escupiré lo que pienso y saldrás herido.
Mentira. ¿Todo esto? Mentira. No te crees lo que dices. Enmascaras lo que sientes y evitas a tus instintos. Son en vano tus intentos de seguir impertérrito e inmune.
No lo consigues porque tu púlpito, lleno de razones, es en realidad una caverna de inseguridades y falta de humildad.
Mentiroso, no te rías. Qué me haces sonreír. Quiero seguir siendo una inagotable y áspera quisquillosa.
No te acerques. Sigue mintiendo.
Mentira. ¿Todo esto? Mentira. No te crees lo que dices. Enmascaras lo que sientes y evitas a tus instintos. Son en vano tus intentos de seguir impertérrito e inmune.
No lo consigues porque tu púlpito, lleno de razones, es en realidad una caverna de inseguridades y falta de humildad.
Mentiroso, no te rías. Qué me haces sonreír. Quiero seguir siendo una inagotable y áspera quisquillosa.
No te acerques. Sigue mintiendo.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Tontas las princesas y más los príncipes...
Eran acantalidos escarchados sobre un mar agridulce lo que la princesa lánguidamente contemplaba desde su ventana. Sus ojos grises se clavaban sobre el sol azulado que luchaba por no ahogarse en las aguas que trataban de mecerlo.
La avioneta que le servía de vía de escape hacia tierras más sureñas andaba deambulante por el patio, aburrida y tratando de matar el tiempo buscando jugosas setas venenosas en las esquinas del torreón. Quince aristas hacían de él el más original, y hortera, de los castillos aledaños.
La princesa repudiaba todo aquello que, amenazante, se desarrollaba al otro lado del océano finito que escudriñaba con ansia... Aquello que amaba lo había acumulado dentro del torreón. Llevaba tiempo sin pasear por los campos que se extendían felices y luminosos desde el acantilado y hacia el interior. Ya ni siquiera bajaba por la escalinata hasta la playa para que sus pies, antes siempre descalzos, disfrutaran de la húmeda y punzante arena de su cala favorita.
Su príncipe azul no paraba de hablar y hablar de sí mismo dentro de la estancia, quejándose de que el sol no saliera de noche y de que el mar hubiera decidido calmarse. También de que su motocicleta no andase sola y de que su música favorita sonara, cada día, más distorsionada. Sobre todo, lamentaba que su princesa no le siguiera agasajando cómo solia ser su costumbre. Entonces nubarrones tormentosos aparecían sobre las cejas de la princesa. Las mismas se enarcaban, eso acarreaba que los labios sel príncipe se tensaran y la tozuda pareja comenzaba a discutir.
Era tal el candor de sus riñas que todo se volvía borroso.
Sin escucharse el uno al otro olvidaban habitualmente que lo que les unía era a su vez su mayor miedo. El amor que se procesaban y que eran incapaces de metabolizar, como para dejarse llevar y romper las barreras que les permitirían dejar sus coronas y reinos para convertirse en simples y eufóricos campesinos.
La avioneta que le servía de vía de escape hacia tierras más sureñas andaba deambulante por el patio, aburrida y tratando de matar el tiempo buscando jugosas setas venenosas en las esquinas del torreón. Quince aristas hacían de él el más original, y hortera, de los castillos aledaños.
La princesa repudiaba todo aquello que, amenazante, se desarrollaba al otro lado del océano finito que escudriñaba con ansia... Aquello que amaba lo había acumulado dentro del torreón. Llevaba tiempo sin pasear por los campos que se extendían felices y luminosos desde el acantilado y hacia el interior. Ya ni siquiera bajaba por la escalinata hasta la playa para que sus pies, antes siempre descalzos, disfrutaran de la húmeda y punzante arena de su cala favorita.
Su príncipe azul no paraba de hablar y hablar de sí mismo dentro de la estancia, quejándose de que el sol no saliera de noche y de que el mar hubiera decidido calmarse. También de que su motocicleta no andase sola y de que su música favorita sonara, cada día, más distorsionada. Sobre todo, lamentaba que su princesa no le siguiera agasajando cómo solia ser su costumbre. Entonces nubarrones tormentosos aparecían sobre las cejas de la princesa. Las mismas se enarcaban, eso acarreaba que los labios sel príncipe se tensaran y la tozuda pareja comenzaba a discutir.
Era tal el candor de sus riñas que todo se volvía borroso.
Sin escucharse el uno al otro olvidaban habitualmente que lo que les unía era a su vez su mayor miedo. El amor que se procesaban y que eran incapaces de metabolizar, como para dejarse llevar y romper las barreras que les permitirían dejar sus coronas y reinos para convertirse en simples y eufóricos campesinos.
domingo, 14 de noviembre de 2010
sábado, 23 de octubre de 2010
Red de abrazos
Según la RAE:
abrazo.
1. m. Acción y efecto de abrazar (‖ estrechar entre los brazos).
2. m. Acción y efecto de abrazar (‖ ceñir con los brazos).
abrazar.
(De brazo).
1. tr. Ceñir con los brazos. U. t. c. prnl.
2. tr. Estrechar entre los brazos en señal de cariño. U. t. c. prnl.
Las palabras, en este caso, son incapaces de explicar lo que un abrazo supone internamente.
He acuñado en estos días, seguro que no muy originalmente, la expresión: Red de abrazos. Mucho más importante que la de contactos, mucho más fuerte e increíble, al menos, en mi caso. Tanto que es difícil tratar de ponerlo en palabras.
martes, 19 de octubre de 2010
El amor te calma, incondicionalmente
Las desgracias, las de verdad, vienen de repente. Podrías haber detectado que algo iba mal porque señales, probablemente las hubo, pero o no eran muy evidentes o preferiste no hacer ningún caso a las alarmas.
Y sin más te encuentras ante algo que no eres capaz de manejar, que te impide pasar más de 10 minutos sin llorar desconsoladamente y que no tiene mayor solución que aguantar la espera, conocer la realidad y enfrentarte a ella. Si es que, finalmente, existiera vía defensa alguna.
El colacao y el lexatin, de 1,5 sin pasarse, ayudan a paliar la ansiedad descorazonadora que te agarra hasta ahogarte.
Sin embargo, no voy a hablar, aunque es tentador, de lo que fluye internamente en una situación así.
Toca expresar la sensación contraria. Que no es de felicidad. Sino la que a uno le invade por sentirse querido, cuidado y mimado hasta límites que no esperas, con una dedicación constante, cuando "informas" de que algo no va bien. Proviene de personas que sabes que te aprecian, que te quieren, pero que lo demuestran de manera ni siquiera imaginada cuando la situación y tu malestar lo requieren.
Lo reconozco. Soy incapaz de estar sola en situaciones como la que os comento. A menos cuando soy un hecho irrefutable y no sólo una amenaza. Antes, en los días previos a la gran tormenta, lo callo es una losa que sólo yo aguanto y que sé que me aplastará una vez confirmada su existencia. Afortunadamente, una vez que la angustia y la tristeza extrema empiezan a invadirme, soy capaz de dar la voz de alarma. De pronto, de la nada, sale una red visible, inmensa e irrompible de abrazos que me apoyan para buscar soluciones rápidas y o menos malas. Me traquilizan con voces de expertos y, ante todo, me miman y me arropan de una forma que casi ni creo merecer: incondicionalmente.
Me siento bien, aunque mi mundo pudiera desmoronarse por una de esas noticias "de repente". Tengo una de las mejores bases personales que conozco, eso es indicativo de que el camino que recorro es el acertado. Y los compañeros de viaje, lo mejor del mismo.
No es mi mejor texto, pero hoy necesito plasmar un agradecimiento a gente que ni lo leerá. Ya se lo diré, eso seguro, en persona.
Y sin más te encuentras ante algo que no eres capaz de manejar, que te impide pasar más de 10 minutos sin llorar desconsoladamente y que no tiene mayor solución que aguantar la espera, conocer la realidad y enfrentarte a ella. Si es que, finalmente, existiera vía defensa alguna.
El colacao y el lexatin, de 1,5 sin pasarse, ayudan a paliar la ansiedad descorazonadora que te agarra hasta ahogarte.
Sin embargo, no voy a hablar, aunque es tentador, de lo que fluye internamente en una situación así.
Toca expresar la sensación contraria. Que no es de felicidad. Sino la que a uno le invade por sentirse querido, cuidado y mimado hasta límites que no esperas, con una dedicación constante, cuando "informas" de que algo no va bien. Proviene de personas que sabes que te aprecian, que te quieren, pero que lo demuestran de manera ni siquiera imaginada cuando la situación y tu malestar lo requieren.
Lo reconozco. Soy incapaz de estar sola en situaciones como la que os comento. A menos cuando soy un hecho irrefutable y no sólo una amenaza. Antes, en los días previos a la gran tormenta, lo callo es una losa que sólo yo aguanto y que sé que me aplastará una vez confirmada su existencia. Afortunadamente, una vez que la angustia y la tristeza extrema empiezan a invadirme, soy capaz de dar la voz de alarma. De pronto, de la nada, sale una red visible, inmensa e irrompible de abrazos que me apoyan para buscar soluciones rápidas y o menos malas. Me traquilizan con voces de expertos y, ante todo, me miman y me arropan de una forma que casi ni creo merecer: incondicionalmente.
Me siento bien, aunque mi mundo pudiera desmoronarse por una de esas noticias "de repente". Tengo una de las mejores bases personales que conozco, eso es indicativo de que el camino que recorro es el acertado. Y los compañeros de viaje, lo mejor del mismo.
No es mi mejor texto, pero hoy necesito plasmar un agradecimiento a gente que ni lo leerá. Ya se lo diré, eso seguro, en persona.
miércoles, 13 de octubre de 2010
Princesas de reinos vegetarianos. Primera parte
- Exhausta y aún no llegó el invierno - confesó la princesa.
-
o
El poder se relamió de gusto ante tanta indefensión. Y siguió gobernando el irraciocinio en el pequeño reino imaginario de los guisantes.
-
o
Cambiarían las tornas, sí. Pero intuían los agoreros que no antes de la llegada de, al menos, doce lunas más.
domingo, 3 de octubre de 2010
Para Lourdes...
Hola, para ti, ya que me has descubierto cuándo no estaba preparada para ser vista... Te dejo a continuación retazos de textos ya "antiguos", para qué te hagas una idea de por dónde van los tiros... Un besote, me sigues debiendo una tarta de galletas y un paseo para recoger moras. Me lo apunto para el próximo verano. Sabes que te quiero mucho.
CAMBIOS...
3 de la mañana, 12 de la noche al otro lado del charco, allá donde la luna se ve distinta. Dónde respiro estos anhelos de huída como una victoria impertérrita en el tiempo, aunque finalmente efímera.
¿Es el jetlag? Ya no. ¿Es el concierto de ese cantautor madrileño que de regreso a la pequeña-ciudad-balneario-en-la-que-resido-por-casualidad me ha transportado a otros tiempos en los que los miedos eran los mismos pero el tiempo vivido menor?
Te echo de menos sin conocerte. Es a ti. Al que aúlla los mismos males sin querer ver que un poco más allá me encuentro igual de perdida, anhelando su hombro amable. Al qué dormiría tranquilo en mi pecho cuando se atreviese a huir del desasosiego arraizado en nuestras almas huidizas.
Inmigrante el alma, la mía al menos. Sino no alcanzo a comprender. Sino esto no tiene sentido. ¿Hacia dónde quieres ir que tanto protestas? ¿Cuál será el final? ¿Dónde estarás satisfecha?
El camino, esa es la clave. Empieza a ser hora de volver a él, de moverse. Con calma, con la tranquilidad que te dan los años. Qué es poca, pero suficiente como para no salir huyendo de golpe. Sólo cuando esté claro para la mente y el corazón que han de ir por ese camino. Ahora sólo el alma empuja y el corazón está animando a la cabeza a salir de los ruidos responsables que le hacen esperar. Esperar cierta esperanza desavenida con las circunstancias, que ya no tienen qué ver con lo deseado, con lo que en este punto me haría avanzar tranquila.
Dice la canción que a veces se cansa de ser libre… Igual es eso. También recuerda el disco aquel verso de Machado: “Hoy es siempre todavía”.
Todavía… Quiero bailar.
Estoy alegre, sonrío, en realidad soy feliz: Estoy tranquila, calmada frente al mundo más segura acerca del salto al vacío. Siempre controlado, con red, qué me conozco. Ataré todo antes de la aventura, lo máximo posible pero siendo consciente de que no hay miedo por el salto, ni siquiera por dónde aterrizar, qué esta vez no es el desasosiego el que me lleva a huir, qué sé quién soy, “que me llevo conmigo”, pero a otro lugar.
El trabajo, la dichosa necesidad de ser responsable irme pero a hacer algo, sin más, sin un respiro. Sin ese tiempo que me merezco para detener mi reloj, aunque el mundo siga girando, y descubrir gentes lejanas.
Nunca sola, solo si ése aparece. Si se digna a hacerlo… Hazlo.
O quizás sí, sola. No sería la primera vez. Y lo hago bien. Puedo.
Unos meses, tras ello, volver a empezar en otro lugar. Volver a casa, sea dónde fuere. Hay varias candidatas. Los fríos centroeuropeos rugen fuerte, pero el alma risueña del sur también está cantando dulce.
Se irá viendo, quizás vuelva a pasear por la capital de los inviernos claros y secos. Esa ciudad, la más viva sin alma. Quizás no, algo me dice qué será más lejos.
De momento, basta saber que el ánimo está encendido, que nos hemos convencido, tímidamente, que la puerta emocional está abierta.
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DOS NINFAS...
Hay dos ninfas sentadas desde hace meses a las puertas de mi casa, de esta pequeña mansión de cristal y arena (mismo material a distintas temperaturas). Aposentadas andan tranquilas en dos divanes desvencijados pero cómodos, cuchichean misteriosas mientras les sirvo limonada. Algo amarga para una, almibarada aunque exquisita para la otra. Ríen, ríen, estallan en carcajadas rellenas de crema, nata y chocolate. A veces entran en mi morada, echan un vistazo, curiosas. debajo de la maraña de mis miedos. Señalan, tocan suavemente y me hacen cosquillas. Insisten en bailar y yo me dejo. Insisten en soñar y yo me presto. Después, cuando cansada y tranquila decido contarlas un cuento, me miran ensimismadas, sentadas en el suelo, se acurrucan, observándome fijamente, sin entender nada pero escuchando cada mínimo gesto. Acabada mi historia, bostezan y se desperezan, saltan al unísono, sus ojos se dan la vuelta, sacan la lengua. Me hacen llorar al desaparecer entre pasillos recién descubiertos y oscuros, que nadie puso ahí, que yo no imaginé. Me desespero buscando, grito, ansío su vuelta y doy mil de ésas hasta encontrarlas, riendo de nuevo, juguetonas, pizpiretas y cansadas, con la boca llena. Llena de ansiosas expectativas y salchichas con ketchup . ¡Eso engorda! - protesto, y ellas asienten efusivamente y al unísono me gritan: ¡Sííí! ¿Y lo bien qué sienta? Me enfurruño y trato de defender mis ideales y mis pantalones ante su insistencia de salir a bañarnos. ¿Desnudas? ¡No! Con calcetines. Siempre unos calcetines a rayas para sentirnos seguras. Desde el acantilado, donde se ha posado mi casita de cristal y arena el agua queda lejos, pero al tirarse al vacío la vida sabe mejor, más fresca, será el viento que provoca esta caída libre. ¿Libertad? En el agua helada que nos acoge con la serenidad perdida entre la angustia de no tener alas. Las olas nos mecen, violentamente, nos perdemos cada una en una. Las ponemos cara, el rostro de los que no supieron amarnos como nos merecíamos, como alcanzamos ahora a discernir entre tiburones y delfines. Bebiendo un atípico tipo de té servido por cachalotes ancianos pero atentos que nos regalan sonrisas en forma de cosquillas de miel. Nuestros amantes acaban por convertirse en espuma y las ninfas y yo acabamos tumbadas sobre tierra firme, exhaustas y llenas de arena. Congeladas, buscamos en las otras miradas de alivio y calor. Sin palabras decidimos tumbarnos para compartir desesperanzas y crema solar. Saboreamos el salitre mientras que nuestro cuerpo es tomado y civilizado por el sol. Mientras que adivinamos lo que una cocinera rechoncha y amable habrá preparado para saciar nuestro hambre de claridad. Nos descubrimos vestidas de princesas, de las princesas que pasean por Roma en vespa. Tres apuestos caballeros nos esperan con las susodichas y tres pares de zapatos de tacón. Unos blancos, otros rojos otros verdes. Chales de gasa del mismo color para el pelo y las ninfas ya no son ninfas, son mujeres, como yo. En realidad, tres niñas que engarzan sus manos sobre las cinturas de estos falsos galanes que acogen nuestros rostros sobre sus espaldas mientras creamos un futuro a su lado. Futuro que acaba a cambiar de escenario, cuando nos vemos transportadas hasta mi pequeño jardín, en el centro de dicha ciudad eterna A un lado el mar cantábrico, al otro una alameda mágica, con una casita en un árbol y tulipanes de fresa y melocotón, un cerezo siempre en flor y un limonero. Si miramos hacia la otra esquina vemos el foro de Adriano, junto a ese restaurante del campo di fiore donde sirven “cocce” en salsa de tomate y de postre tiramisu casero... Uuummm, vaya, a una de las ninfas no le gustan los mejillones, bueno, pedimos croquetas y rabas. Nos lo sirven en una mesa de jardín redonda de mármol de Carrara y una pata de hierro forjado. Se oyen cantos de sirena, un gato ya muerto vuelve para ronronear y restregarse por mis piernas. Me hace cosquillas con sus bigotes. Río. Las ninfas se sorprenden al intuir la vivacidad risueña de mis mejillas, no están acostumbradas y me lo espetan: ¿eres feliz? No lo sabíamos, no lo pareces Te preferimos ansiosa, desesperada y perdida. Te sienta bien un poco de melancolía, sin ella qué sentido tiene una casa de cristal y arena. ¿Mi casita de cristal? ¡Ah! Sigue en pie, un poco más allá de las ruinas de Petra, qué majestuosamente aparecen tras el vendedor de helados. Le compramos un yogur de sentimientos encontrados con sirope de manzana y decidimos adentrarnos un rato en el bosque de caléndulas, erizos y cotidianeidad. Para pasar un rato con la bruja del pantano, bella como ninguna, bruja cómo la qué más, una maestra de la que aprender a relativizar. Nos recibe con un baño de barros del mar muerto y un calmante vitaminado. Nos intimidad con relojes, carreteras con baches y valores el mercado. No nos gusta la experiencia, las ninfas la confunden con una de sus historias imposibles y volvemos por dónde hemos venido. Nos damos de bruces con un narigudo que nos suplica que le sonemos los mocos, lo hacemos diligentes pero a disgusto. Viendo que la tarde no hace más que empeorar decidimos volver a mi casita de cristal. La que por el frío comienza a deshacerse por los bordes, formándose montículos de arena en las pocas esquinas que toleran sus redondeces. Encendemos un fuego, el calor y el color de las llamas dan a mi choza un aspecto de mansión. Castillo encantado, lleno de muñecas rotas que supieron sobrevivir y reconstruirse, conservando sus cicatrices de guerra como su mayor tesoro. Descansamos las unas en las otras formando un triángulo y nos juramos amor eterno. Mientras, nostálgicas, rememoramos tiempos futuros. Las musas vienen para proteger nuestra noche, arropan nuestros sueños en mantas ligeras y mullidas que nos invitan a reparar nuestra alma con una buena ración de sueños.
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QUÉ ES LO QUE ANSÍAS...
- ¿Qué es lo que ansías?
- Sentirme querida.
- ¿Por qué?
- Porque ahora que todo se desmorona ahí fuera necesito anclajes internos.
- ¿No los tienes ya? Tiendes a presumir de ellos.
- Se hunden en ansiedad últimamente, evito la angustia pero la ansiedad está asentada. Inamovible en cierto sentido.
- Me da miedo. No seré capaz.
- ¿De qué?
- De amarte.
- No lo hagas.
- No puedo soportarte, no tengo tantas fuerzas.
- No lo hagas.
- Sólo intento acompañarte.
- Y ser protegido, mimado, adorado, cuidado...
- En parte.
- No te quiero así.
- ¿Qué?
- Necesito algo más que “un dejarse llevar”
- ¿Entonces?
- ...
- ¿Entonces?
- Nunca te lo he dicho...
- ¿El qué?
- Te quiero. Te necesito…
- Y yo a ti, pero ahora sólo puedo prometer abrazarte.
- Eso es mejor que nada. Haz que "me crea" segura entre tus brazos. Miénteme con todo tu cariño.
- ¿Y después?
- Ya veremos
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SURREALISMO MAÑANERO...
¿Qué ocurre en un aeropuerto de provincias a las 6:50 de la mañana cuando la de seguridad se dispone a abrir la puerta que da acceso al control de pasajeros previo al embarque? Pues que la llave decide trabarse en la cerradura... Un par de minutos después llega la autoridad. El guardia civil intenta forzarla pero no hay manera. La puerta de cristal y su cerradura de seguridad anclada al suelo se resisten. Llaman a embarcar al vuelo de las 7:35 a Barcelona... Un grupo de jubilados, ejecutivos, trabajadores y una familia de tres miembros se acercan al control y descubren, incrédulos, la situación. Ya hay 2 de seguridad y el guardia civil.... Para cuando se anuncia el embarque del vuelo de Madrid de las 7:40 ya son 6 personas. 6 que intentan sin éxito abrir la puerta: 1 guardia civil, 2 técnicos del aeropuerto y 3 "sekuratas"... Hay otras 2 puertas pero nos enteramos, ya cuando la cola de pasajeros debe superar el centenar y tras la llegada de un segundo guardia civil (más mayor) qué es que la llave atrancada abre las 3 puertas y ¡¡es la única qué tienen!! Son las 7:15...
El español, en general, tiene paciencia. Y está acostumbrado a este tipo de espectáculos porque nadie protesta y no es hasta este punto cuando la gente empieza a reír... Se barajan varias opciones, qué si pasarlos por fuera, qué si eso no, qué si algo hay qué hacer... Ni los de tráfico, ni los bomberos van a venir... Los han llamado y explicado la situación... sí, eso, los han llamado, al cerrajero, no sabemos.... No es problema de ellos. Las 6 personas siguen allí discutiendo.
De pronto, uno de los técnicos antes presente y qué había desaparecido llega con una posible solución: Un "frusfrus" de 3 en 1... Claaaro qué sí!!!
El primer guardia civil se pone a ello... La llave no sale... Durante un rato todo el mundo se queda mirando a la cerradura... Y dando algún golpe desde dentro y desde fuera a la puerta, de cristal, ya son las 7:25...
El técnico del "frusfrus" llega con una llave “allen”: se empiezan a quitar los tornillos de una de las puertas, no de la que está atrancada sino de otra de al lado…
Algunos tornillos no salen, se intenta (mediante golpes) forzar esta segunda puerta por dentro y por fuera, nada.
A esto qué llega…. SÍ!!!! ESE NUESTRO PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA!!! (El de Buenafuente, el del taxi a la Moncloa): Revilluca en persona!!!!
Haceros cargo de la foto: Unos 120 pasajeros en fila esperando, riendo y dando consejos, 8-9 personas para una puerta y un Presidente Autonómico diciendo qué “eso” a martillazos…
7:30 de la mañana. Por fin llega un operario con una especie de martillo, tenía razón Revilla, La cerradura, aunque se resiste, acaba siendo destrozada y la puerta cede.
Aplausos.
El Presidente, el guardia civil, los sekuratas y unos 120 pasajeros respiran tranquilos. Loa aviones salen con apenas 15 minutos de retraso…
España y ole!! ¿Cantabria? Cantabria infinita!!!!!
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YO SOY PIJA PORQUE EL MUNDO ME HA HECHO ASÍ:
Escribo estas líneas en un avión en mi “Macbook”, voy escuchando música en mi “ipod nano” y llevo dos móviles (apagados) en mi bolso. Ninguno es “iphone” pero ya me lo estoy pensando. Mi novio tiene uno. De hecho es el segundo, el primero lo perdió en una noche de borrachera con los amigos por Ibiza. Pasa una semana al año en Menorca con ellos en julio.
Yo no conduzco pero en mi casa hay dos “BMW”. Mis amigas tienen “Minis” y “Series 1”, mi chico un “Golf”. Le estoy tratando de convencer para que se compre un “A3” azul metalizado como el de mi cuñado, pero no hay forma…
El novio de mi hermana se llama José Francisco pero le llamamos Fran. Los amigos del colegio, Pancho. Es valenciano, trabaja en una consultora en Barcelona.
Mis raíces familiares son del norte por parte de madre, de San Sebastián. Mi abuela paterna era de una familia de toda la vida de Sevilla. Y mi abuelo era de Madrid, también de toda la vida. Vivieron mucho años enfrente del retiro, cerca de los Jerónimos.
Fui a colegio privado, a las afueras de la Capital. Por supuesto pasaba los veranos en Irlanda y estudié francés como segundo idioma. Soy licenciada por ICADE en E3 y master por el IESE, ahora sin eso no eres nadie. Mi mejor amiga estudió en el Pilar, en el barrio de Salamanca, nos conocimos en clase de ballet con 6 años y desde entonces: inseparables.
Soy del Real Madrid, aunque no me guste el fútbol. El padel me aburre, pero tengo raqueta. De pequeña me decantaba por la equitación, tuve caballo hasta los 21. Mis padres son socios del Club de campo desde siempre.
Hice unas prácticas en Londres, me gusta pensar que mi padre no tuvo nada qué ver con que me dieran aquella beca, pero todos sabemos cómo funcionan estas las cosas… Vuelvo al menos una vez al año.
Mis viajes por Europa son habituales, hoy en día el que no viaja es porque no quiere. En invierno, Ginebra y las estaciones de esquí cercanas son un imprescindible. En primavera Italia suele ser nuestro destino habitual, más tarde de mayo no, en Roma hace ya mucho calor.
Tengo varios amigos pilotos.
Ahora trabajo en temas de esos de desarrollo de intangibles y procedimientos en los que se hace muchos procesos de los que acaban en “-marking” y las palabras: cohesión, cluster, dinamización y monitoring están a la orden del día.
Tuve un novio ecologista y de ascendencia alemana. Guapísimo, a mi madre le horrorizaba, era un poco hippy trasnochado. Me rompió el corazón, luego conocí a Ricardo.
Bebo champagne rosée, una vez que lo pruebas es imposible probar otra cosa. He aprendido a hacer sushi y no sería nadie sin mi curso de cata.
He practicado yoga y pilates. Tengo un personal training en el gimnasio que me controla una tabla de ejercicios cardiovasculares dos veces a la semana. Aún así me veo gorda.
Ah! llevo mechas rubias, el pelo capeado a lo Jennifer Aniston, ahora me corté flequillo pero no creo que me dure mucho.
No podría ir a ningún sitio sin mi bolso de Prada y mi camiseta preferida es de Fornarina. Queda genial con los nuevos vaqueros Bluecult que me he comprado. Lo combino algunas veces con una chaqueta de Zara monísima que imita a un Chanel de hace un par de años. Los Jimmi Choo que me trajo mi hermana de N.Y. ponen la guinda al conjunto.
Mi novio y yo compramos una casa de noventa metros cuadrados con tres habitaciones en el PAU de San Chinarro (piscina, pista de padel comunitarias y dos plazas de garaje). De momento la hipoteca la paga sólo él pero mis padres pusieron la entrada.
Nos casaremos en 2010, la ceremonia en Los Jerónimos, un contacto de mi abuela. El banquete en el Castillo de Viñuelas con catering de Mallorca. La luna de miel en Malasia. El vestido de Lydia Delgado. La despedida de soltera en dos fases, primero viaje a Lisboa con amigas y luego una fiesta conjunta con mi chico en Gabbana. Será en junio.
Aunque sea una parodia exagerada: la que pueda marcar al menos 10 cosas que le suenen familiares o qué pueda adaptar a sus circunstancias sobre sí misma, familiares o amigos… Qué grite conmigo:
¡¡Yo soy pija porque el mundo me hizo así!! Y a mucha honra…
¡¡Somos lo que somos!!
Lo que hace el jetlag y el atracón de tecnología de Apple…
PD: Esta historia es totalmente inventada, no se basa ni lo pretende en ninguna persona. Es simplemente un ejercicio “literario” durante un viaje en avión de cinco horas. ¡¡Sonrían!!
CAMBIOS...
3 de la mañana, 12 de la noche al otro lado del charco, allá donde la luna se ve distinta. Dónde respiro estos anhelos de huída como una victoria impertérrita en el tiempo, aunque finalmente efímera.
¿Es el jetlag? Ya no. ¿Es el concierto de ese cantautor madrileño que de regreso a la pequeña-ciudad-balneario-en-la-que-resido-por-casualidad me ha transportado a otros tiempos en los que los miedos eran los mismos pero el tiempo vivido menor?
Te echo de menos sin conocerte. Es a ti. Al que aúlla los mismos males sin querer ver que un poco más allá me encuentro igual de perdida, anhelando su hombro amable. Al qué dormiría tranquilo en mi pecho cuando se atreviese a huir del desasosiego arraizado en nuestras almas huidizas.
Inmigrante el alma, la mía al menos. Sino no alcanzo a comprender. Sino esto no tiene sentido. ¿Hacia dónde quieres ir que tanto protestas? ¿Cuál será el final? ¿Dónde estarás satisfecha?
El camino, esa es la clave. Empieza a ser hora de volver a él, de moverse. Con calma, con la tranquilidad que te dan los años. Qué es poca, pero suficiente como para no salir huyendo de golpe. Sólo cuando esté claro para la mente y el corazón que han de ir por ese camino. Ahora sólo el alma empuja y el corazón está animando a la cabeza a salir de los ruidos responsables que le hacen esperar. Esperar cierta esperanza desavenida con las circunstancias, que ya no tienen qué ver con lo deseado, con lo que en este punto me haría avanzar tranquila.
Dice la canción que a veces se cansa de ser libre… Igual es eso. También recuerda el disco aquel verso de Machado: “Hoy es siempre todavía”.
Todavía… Quiero bailar.
Estoy alegre, sonrío, en realidad soy feliz: Estoy tranquila, calmada frente al mundo más segura acerca del salto al vacío. Siempre controlado, con red, qué me conozco. Ataré todo antes de la aventura, lo máximo posible pero siendo consciente de que no hay miedo por el salto, ni siquiera por dónde aterrizar, qué esta vez no es el desasosiego el que me lleva a huir, qué sé quién soy, “que me llevo conmigo”, pero a otro lugar.
El trabajo, la dichosa necesidad de ser responsable irme pero a hacer algo, sin más, sin un respiro. Sin ese tiempo que me merezco para detener mi reloj, aunque el mundo siga girando, y descubrir gentes lejanas.
Nunca sola, solo si ése aparece. Si se digna a hacerlo… Hazlo.
O quizás sí, sola. No sería la primera vez. Y lo hago bien. Puedo.
Unos meses, tras ello, volver a empezar en otro lugar. Volver a casa, sea dónde fuere. Hay varias candidatas. Los fríos centroeuropeos rugen fuerte, pero el alma risueña del sur también está cantando dulce.
Se irá viendo, quizás vuelva a pasear por la capital de los inviernos claros y secos. Esa ciudad, la más viva sin alma. Quizás no, algo me dice qué será más lejos.
De momento, basta saber que el ánimo está encendido, que nos hemos convencido, tímidamente, que la puerta emocional está abierta.
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DOS NINFAS...
Hay dos ninfas sentadas desde hace meses a las puertas de mi casa, de esta pequeña mansión de cristal y arena (mismo material a distintas temperaturas). Aposentadas andan tranquilas en dos divanes desvencijados pero cómodos, cuchichean misteriosas mientras les sirvo limonada. Algo amarga para una, almibarada aunque exquisita para la otra. Ríen, ríen, estallan en carcajadas rellenas de crema, nata y chocolate. A veces entran en mi morada, echan un vistazo, curiosas. debajo de la maraña de mis miedos. Señalan, tocan suavemente y me hacen cosquillas. Insisten en bailar y yo me dejo. Insisten en soñar y yo me presto. Después, cuando cansada y tranquila decido contarlas un cuento, me miran ensimismadas, sentadas en el suelo, se acurrucan, observándome fijamente, sin entender nada pero escuchando cada mínimo gesto. Acabada mi historia, bostezan y se desperezan, saltan al unísono, sus ojos se dan la vuelta, sacan la lengua. Me hacen llorar al desaparecer entre pasillos recién descubiertos y oscuros, que nadie puso ahí, que yo no imaginé. Me desespero buscando, grito, ansío su vuelta y doy mil de ésas hasta encontrarlas, riendo de nuevo, juguetonas, pizpiretas y cansadas, con la boca llena. Llena de ansiosas expectativas y salchichas con ketchup . ¡Eso engorda! - protesto, y ellas asienten efusivamente y al unísono me gritan: ¡Sííí! ¿Y lo bien qué sienta? Me enfurruño y trato de defender mis ideales y mis pantalones ante su insistencia de salir a bañarnos. ¿Desnudas? ¡No! Con calcetines. Siempre unos calcetines a rayas para sentirnos seguras. Desde el acantilado, donde se ha posado mi casita de cristal y arena el agua queda lejos, pero al tirarse al vacío la vida sabe mejor, más fresca, será el viento que provoca esta caída libre. ¿Libertad? En el agua helada que nos acoge con la serenidad perdida entre la angustia de no tener alas. Las olas nos mecen, violentamente, nos perdemos cada una en una. Las ponemos cara, el rostro de los que no supieron amarnos como nos merecíamos, como alcanzamos ahora a discernir entre tiburones y delfines. Bebiendo un atípico tipo de té servido por cachalotes ancianos pero atentos que nos regalan sonrisas en forma de cosquillas de miel. Nuestros amantes acaban por convertirse en espuma y las ninfas y yo acabamos tumbadas sobre tierra firme, exhaustas y llenas de arena. Congeladas, buscamos en las otras miradas de alivio y calor. Sin palabras decidimos tumbarnos para compartir desesperanzas y crema solar. Saboreamos el salitre mientras que nuestro cuerpo es tomado y civilizado por el sol. Mientras que adivinamos lo que una cocinera rechoncha y amable habrá preparado para saciar nuestro hambre de claridad. Nos descubrimos vestidas de princesas, de las princesas que pasean por Roma en vespa. Tres apuestos caballeros nos esperan con las susodichas y tres pares de zapatos de tacón. Unos blancos, otros rojos otros verdes. Chales de gasa del mismo color para el pelo y las ninfas ya no son ninfas, son mujeres, como yo. En realidad, tres niñas que engarzan sus manos sobre las cinturas de estos falsos galanes que acogen nuestros rostros sobre sus espaldas mientras creamos un futuro a su lado. Futuro que acaba a cambiar de escenario, cuando nos vemos transportadas hasta mi pequeño jardín, en el centro de dicha ciudad eterna A un lado el mar cantábrico, al otro una alameda mágica, con una casita en un árbol y tulipanes de fresa y melocotón, un cerezo siempre en flor y un limonero. Si miramos hacia la otra esquina vemos el foro de Adriano, junto a ese restaurante del campo di fiore donde sirven “cocce” en salsa de tomate y de postre tiramisu casero... Uuummm, vaya, a una de las ninfas no le gustan los mejillones, bueno, pedimos croquetas y rabas. Nos lo sirven en una mesa de jardín redonda de mármol de Carrara y una pata de hierro forjado. Se oyen cantos de sirena, un gato ya muerto vuelve para ronronear y restregarse por mis piernas. Me hace cosquillas con sus bigotes. Río. Las ninfas se sorprenden al intuir la vivacidad risueña de mis mejillas, no están acostumbradas y me lo espetan: ¿eres feliz? No lo sabíamos, no lo pareces Te preferimos ansiosa, desesperada y perdida. Te sienta bien un poco de melancolía, sin ella qué sentido tiene una casa de cristal y arena. ¿Mi casita de cristal? ¡Ah! Sigue en pie, un poco más allá de las ruinas de Petra, qué majestuosamente aparecen tras el vendedor de helados. Le compramos un yogur de sentimientos encontrados con sirope de manzana y decidimos adentrarnos un rato en el bosque de caléndulas, erizos y cotidianeidad. Para pasar un rato con la bruja del pantano, bella como ninguna, bruja cómo la qué más, una maestra de la que aprender a relativizar. Nos recibe con un baño de barros del mar muerto y un calmante vitaminado. Nos intimidad con relojes, carreteras con baches y valores el mercado. No nos gusta la experiencia, las ninfas la confunden con una de sus historias imposibles y volvemos por dónde hemos venido. Nos damos de bruces con un narigudo que nos suplica que le sonemos los mocos, lo hacemos diligentes pero a disgusto. Viendo que la tarde no hace más que empeorar decidimos volver a mi casita de cristal. La que por el frío comienza a deshacerse por los bordes, formándose montículos de arena en las pocas esquinas que toleran sus redondeces. Encendemos un fuego, el calor y el color de las llamas dan a mi choza un aspecto de mansión. Castillo encantado, lleno de muñecas rotas que supieron sobrevivir y reconstruirse, conservando sus cicatrices de guerra como su mayor tesoro. Descansamos las unas en las otras formando un triángulo y nos juramos amor eterno. Mientras, nostálgicas, rememoramos tiempos futuros. Las musas vienen para proteger nuestra noche, arropan nuestros sueños en mantas ligeras y mullidas que nos invitan a reparar nuestra alma con una buena ración de sueños.
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QUÉ ES LO QUE ANSÍAS...
- ¿Qué es lo que ansías?
- Sentirme querida.
- ¿Por qué?
- Porque ahora que todo se desmorona ahí fuera necesito anclajes internos.
- ¿No los tienes ya? Tiendes a presumir de ellos.
- Se hunden en ansiedad últimamente, evito la angustia pero la ansiedad está asentada. Inamovible en cierto sentido.
- Me da miedo. No seré capaz.
- ¿De qué?
- De amarte.
- No lo hagas.
- No puedo soportarte, no tengo tantas fuerzas.
- No lo hagas.
- Sólo intento acompañarte.
- Y ser protegido, mimado, adorado, cuidado...
- En parte.
- No te quiero así.
- ¿Qué?
- Necesito algo más que “un dejarse llevar”
- ¿Entonces?
- ...
- ¿Entonces?
- Nunca te lo he dicho...
- ¿El qué?
- Te quiero. Te necesito…
- Y yo a ti, pero ahora sólo puedo prometer abrazarte.
- Eso es mejor que nada. Haz que "me crea" segura entre tus brazos. Miénteme con todo tu cariño.
- ¿Y después?
- Ya veremos
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SURREALISMO MAÑANERO...
¿Qué ocurre en un aeropuerto de provincias a las 6:50 de la mañana cuando la de seguridad se dispone a abrir la puerta que da acceso al control de pasajeros previo al embarque? Pues que la llave decide trabarse en la cerradura... Un par de minutos después llega la autoridad. El guardia civil intenta forzarla pero no hay manera. La puerta de cristal y su cerradura de seguridad anclada al suelo se resisten. Llaman a embarcar al vuelo de las 7:35 a Barcelona... Un grupo de jubilados, ejecutivos, trabajadores y una familia de tres miembros se acercan al control y descubren, incrédulos, la situación. Ya hay 2 de seguridad y el guardia civil.... Para cuando se anuncia el embarque del vuelo de Madrid de las 7:40 ya son 6 personas. 6 que intentan sin éxito abrir la puerta: 1 guardia civil, 2 técnicos del aeropuerto y 3 "sekuratas"... Hay otras 2 puertas pero nos enteramos, ya cuando la cola de pasajeros debe superar el centenar y tras la llegada de un segundo guardia civil (más mayor) qué es que la llave atrancada abre las 3 puertas y ¡¡es la única qué tienen!! Son las 7:15...
El español, en general, tiene paciencia. Y está acostumbrado a este tipo de espectáculos porque nadie protesta y no es hasta este punto cuando la gente empieza a reír... Se barajan varias opciones, qué si pasarlos por fuera, qué si eso no, qué si algo hay qué hacer... Ni los de tráfico, ni los bomberos van a venir... Los han llamado y explicado la situación... sí, eso, los han llamado, al cerrajero, no sabemos.... No es problema de ellos. Las 6 personas siguen allí discutiendo.
De pronto, uno de los técnicos antes presente y qué había desaparecido llega con una posible solución: Un "frusfrus" de 3 en 1... Claaaro qué sí!!!
El primer guardia civil se pone a ello... La llave no sale... Durante un rato todo el mundo se queda mirando a la cerradura... Y dando algún golpe desde dentro y desde fuera a la puerta, de cristal, ya son las 7:25...
El técnico del "frusfrus" llega con una llave “allen”: se empiezan a quitar los tornillos de una de las puertas, no de la que está atrancada sino de otra de al lado…
Algunos tornillos no salen, se intenta (mediante golpes) forzar esta segunda puerta por dentro y por fuera, nada.
A esto qué llega…. SÍ!!!! ESE NUESTRO PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA!!! (El de Buenafuente, el del taxi a la Moncloa): Revilluca en persona!!!!
Haceros cargo de la foto: Unos 120 pasajeros en fila esperando, riendo y dando consejos, 8-9 personas para una puerta y un Presidente Autonómico diciendo qué “eso” a martillazos…
7:30 de la mañana. Por fin llega un operario con una especie de martillo, tenía razón Revilla, La cerradura, aunque se resiste, acaba siendo destrozada y la puerta cede.
Aplausos.
El Presidente, el guardia civil, los sekuratas y unos 120 pasajeros respiran tranquilos. Loa aviones salen con apenas 15 minutos de retraso…
España y ole!! ¿Cantabria? Cantabria infinita!!!!!
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YO SOY PIJA PORQUE EL MUNDO ME HA HECHO ASÍ:
Escribo estas líneas en un avión en mi “Macbook”, voy escuchando música en mi “ipod nano” y llevo dos móviles (apagados) en mi bolso. Ninguno es “iphone” pero ya me lo estoy pensando. Mi novio tiene uno. De hecho es el segundo, el primero lo perdió en una noche de borrachera con los amigos por Ibiza. Pasa una semana al año en Menorca con ellos en julio.
Yo no conduzco pero en mi casa hay dos “BMW”. Mis amigas tienen “Minis” y “Series 1”, mi chico un “Golf”. Le estoy tratando de convencer para que se compre un “A3” azul metalizado como el de mi cuñado, pero no hay forma…
El novio de mi hermana se llama José Francisco pero le llamamos Fran. Los amigos del colegio, Pancho. Es valenciano, trabaja en una consultora en Barcelona.
Mis raíces familiares son del norte por parte de madre, de San Sebastián. Mi abuela paterna era de una familia de toda la vida de Sevilla. Y mi abuelo era de Madrid, también de toda la vida. Vivieron mucho años enfrente del retiro, cerca de los Jerónimos.
Fui a colegio privado, a las afueras de la Capital. Por supuesto pasaba los veranos en Irlanda y estudié francés como segundo idioma. Soy licenciada por ICADE en E3 y master por el IESE, ahora sin eso no eres nadie. Mi mejor amiga estudió en el Pilar, en el barrio de Salamanca, nos conocimos en clase de ballet con 6 años y desde entonces: inseparables.
Soy del Real Madrid, aunque no me guste el fútbol. El padel me aburre, pero tengo raqueta. De pequeña me decantaba por la equitación, tuve caballo hasta los 21. Mis padres son socios del Club de campo desde siempre.
Hice unas prácticas en Londres, me gusta pensar que mi padre no tuvo nada qué ver con que me dieran aquella beca, pero todos sabemos cómo funcionan estas las cosas… Vuelvo al menos una vez al año.
Mis viajes por Europa son habituales, hoy en día el que no viaja es porque no quiere. En invierno, Ginebra y las estaciones de esquí cercanas son un imprescindible. En primavera Italia suele ser nuestro destino habitual, más tarde de mayo no, en Roma hace ya mucho calor.
Tengo varios amigos pilotos.
Ahora trabajo en temas de esos de desarrollo de intangibles y procedimientos en los que se hace muchos procesos de los que acaban en “-marking” y las palabras: cohesión, cluster, dinamización y monitoring están a la orden del día.
Tuve un novio ecologista y de ascendencia alemana. Guapísimo, a mi madre le horrorizaba, era un poco hippy trasnochado. Me rompió el corazón, luego conocí a Ricardo.
Bebo champagne rosée, una vez que lo pruebas es imposible probar otra cosa. He aprendido a hacer sushi y no sería nadie sin mi curso de cata.
He practicado yoga y pilates. Tengo un personal training en el gimnasio que me controla una tabla de ejercicios cardiovasculares dos veces a la semana. Aún así me veo gorda.
Ah! llevo mechas rubias, el pelo capeado a lo Jennifer Aniston, ahora me corté flequillo pero no creo que me dure mucho.
No podría ir a ningún sitio sin mi bolso de Prada y mi camiseta preferida es de Fornarina. Queda genial con los nuevos vaqueros Bluecult que me he comprado. Lo combino algunas veces con una chaqueta de Zara monísima que imita a un Chanel de hace un par de años. Los Jimmi Choo que me trajo mi hermana de N.Y. ponen la guinda al conjunto.
Mi novio y yo compramos una casa de noventa metros cuadrados con tres habitaciones en el PAU de San Chinarro (piscina, pista de padel comunitarias y dos plazas de garaje). De momento la hipoteca la paga sólo él pero mis padres pusieron la entrada.
Nos casaremos en 2010, la ceremonia en Los Jerónimos, un contacto de mi abuela. El banquete en el Castillo de Viñuelas con catering de Mallorca. La luna de miel en Malasia. El vestido de Lydia Delgado. La despedida de soltera en dos fases, primero viaje a Lisboa con amigas y luego una fiesta conjunta con mi chico en Gabbana. Será en junio.
Aunque sea una parodia exagerada: la que pueda marcar al menos 10 cosas que le suenen familiares o qué pueda adaptar a sus circunstancias sobre sí misma, familiares o amigos… Qué grite conmigo:
¡¡Yo soy pija porque el mundo me hizo así!! Y a mucha honra…
¡¡Somos lo que somos!!
Lo que hace el jetlag y el atracón de tecnología de Apple…
PD: Esta historia es totalmente inventada, no se basa ni lo pretende en ninguna persona. Es simplemente un ejercicio “literario” durante un viaje en avión de cinco horas. ¡¡Sonrían!!
domingo, 29 de agosto de 2010
Bailas
En este mundo los paraguas son sombrillas y los ajuares no incluyen esquinas... Grupos de gentes diversas pasan cacareando en distintos idiomas, divertidos no reparan en el hecho de no entenderse. Simplemente conviven pacíficos.
Y tú y yo sonreímos porque el futuro no importa y el pasado no existe. Y seguimos disfrutando en silencio de una limonada con menta y un brownie con helado, que me has prometido que no engorda, como mucho, mata de alegría. Te saco la lengua porque entras en mi cabeza hablando y hablando, sin decir nada. Y el desasosiego vuelve por un segundo a mi mirada al descubrir que mi paz no es la tuya.
Me tranquilizas sacandome a bailar, me aprietas fuerte para que no huya... Te dejo estrujarme porque sé que la decisión de quedarme o no nunca dependera de ti..
Una luna rosa se posa sobre nuestras cabezas. Volvemos a la realidad, acurrucados y desnudos, disfrutando del efímero presente sin hacer caso a nada más.
Y tú y yo sonreímos porque el futuro no importa y el pasado no existe. Y seguimos disfrutando en silencio de una limonada con menta y un brownie con helado, que me has prometido que no engorda, como mucho, mata de alegría. Te saco la lengua porque entras en mi cabeza hablando y hablando, sin decir nada. Y el desasosiego vuelve por un segundo a mi mirada al descubrir que mi paz no es la tuya.
Me tranquilizas sacandome a bailar, me aprietas fuerte para que no huya... Te dejo estrujarme porque sé que la decisión de quedarme o no nunca dependera de ti..
Una luna rosa se posa sobre nuestras cabezas. Volvemos a la realidad, acurrucados y desnudos, disfrutando del efímero presente sin hacer caso a nada más.
domingo, 25 de julio de 2010
Cuando Harry encontró a Sally
El otro día le dije a mi mejor amigo que igual empezaba a sentir algo distinto por él. Él me dijo que no sabía qué película me había montado, yo llevaba meses pensando en “cuando Harry encontró a Sally”, pero que no.
Total que como dónde hay confianza da asco, seguimos tan normales.
Cosa que no me gusta, no quiero normalidad en nuestra relación, quiero que me quiera.
Y ya decidiré yo si al final mi neura era real o no.
Odio las comedias románticas, han jodido mi percepción de la realidad. Y me odio a mí misma, por no haberlo hecho mejor.
Pero eso último es lo normal en coexistencia con mi persona, lo de odiarme, digo, así que lo dejaré estar.